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Historia de Peñiscola
La historia
Peñíscola, ciudad hospitalaria, ha sido encrucijada de todas las civilizaciones mediterráneas que desde el alba de la historia vienen navegando por este mar de bonanza y cultura. A fenicios y griegos, les siguieron cartagineses, romanos, bizantinos y árabes... Todos supieron de su ventajosa situación, de su seguridad como fortaleza irreductible y de su idoneidad como hábitat, tanto por su clima como por disponer de abundante agua dulce que mana de las entrañas de la roca en la propia ciudadela.
Caballeros Templarios
En tiempo ya de los cristianos, los míticos y enigmáticos Caballeros Templarios se asentaron en el tómbolo, donde ya existía una fortaleza árabe y no tardaron en persuadirse de las excepcionales características que reunía para ser convertido en fortaleza inexpugnable.
Entre los años 1294 y 1307 fue construido el actual castillo Templario sobre los restos de la alcazaba árabe. Los promotores fueron frey Berenguer de Cardona, que era el Maestre de la Orden del Temple en Aragón y Cataluña y frey Arnaldo de Banyuls, que era el comendador de Peñíscola. Los escudos de ambos se conservan esculpidos en piedra formando fajas heráldicas situadas por encima de la puerta de acceso al castillo y también sobre la puerta de la basílica.
Monumento Histórico-Artístico Nacional
La excepcional robustez de sus muros y bóvedas de arco ligeramente apuntado y su total construcción con magnífica fábrica de sillería, así como su desnudez y austeridad en elementos ornamentales constituyen la impronta de una arquitectura militar tremendamente maciza y sobria que, estilísticamente, discurre entre el románico tardío y un gótico incipiente. El Castillo de Peñíscola está catalogado como Monumento Histórico-Artístico Nacional, distinción que le fue otorgada en 1922. No obstante hasta la década de los 60 no se estableció un régimen regular de visitas. Actualmente es el segundo Monumento más visitado de España, tras la Alhambra de Granada.